5 errores comunes a la hora de hacer alianzas en tu emprendimiento

5 errores comunes al hacer alianzas en tu emprendimiento

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Las alianzas pueden ser una estrategia muy poderosa para crecer con nuestro emprendimiento. Nos dan la posibilidad de multiplicar esfuerzos con otras personas, para hacer cosas más grandes, de más impacto y (para mí!) con más disfrute.

Es importante entender que no hay una única manera de hacerlas y pueden tener múltiples formas y objetivos.

Quizás hacemos una alianza sólo para una acción puntual o hacemos alianzas que duran años y años. Quizás las hacemos para potenciar el alcance y llegar a más personas o para ahorrar costos compartiendo recursos o co-crear algo que cada una sola no podría o no quiere hacer.

>> Acá podés ver 5 ideas creativas para hacer alianzas

Sea cual sea la forma y objetivo, como con cualquier estrategia que elijamos para nuestro negocio, tiene sus complejidades y no necesariamente va a salir bien al primer intento.

Por eso, hoy te quiero compartir los 5 errores más comunes que veo a la hora de hacer alianzas, para que los tengas en cuenta si estás pensando en esta estrategia para tu negocio.

Error #1 – No tener claro para qué quiero hacer la alianza

Sé que parece demasiado simple, pero muchísimas veces me cruzo con emprendedoras que me dicen “quiero hacer una alianza pero no sé con quién” o “quiero hacer una alianza pero no se me ocurre cuál para mi negocio” o “quiero hacer una alianza pero no se qué proponerle a la otra persona”.

Son frases que generalmente aparecen cuando escuchamos, vimos o nos dijeron que “hacer alianzas está bueno”, pero la realidad es que no nos sentamos a pensar (con tiempo y cabeza!) para qué queremos hacer una en nuestro negocio.

Y, como con cualquier plan que hagamos, lo primero y principal que tenemos que plantearnos es el objetivo: ¿para qué quiero hacer eso? ¿qué es lo que quiero lograr? ¿qué resultado estoy buscando?

Porque no es lo mismo hacer una alianza con una influencer para llegar a más personas; que hacer una alianza con una colega para compartir costos; que hacer una alianza con una marca que ofrece algo similar para co-crear una propuesta en conjunto.

Todas son alianzas, pero cada una tiene un objetivo diferente. Y si no tenemos claro el objetivo que estamos buscando, va a ser muy difícil que se nos ocurra qué tipo de alianza tiene sentido, con quién, cuándo y cómo.

Por eso, antes de meternos de cabeza en la ejecución, demos un paso atrás y pensemos el objetivo más grande. ¿Para qué quiero hacer una alianza? ¿Qué objetivo de negocio estoy buscando?

¿Es para llegar a un público nuevo que hoy no llego? ¿Es para aumentar la credibilidad de mi marca apalancándome en alguien que ya tiene esa credibilidad con su audiencia? ¿Es para ahorrar costos compartiendo recursos con otras personas? ¿Es para ofrecer un servicio o producto nuevo o más completo sumando cosas que sola no puedo o no quiero hacer?

Todas son posibilidades, pero depende de lo que vos quieras conseguir, la que más sentido tendrá.

Lo que no deberíamos pretender es que las cosas funcionen si ni siquiera tenemos claro para qué las estamos haciendo. Por eso este paso es el primero y fundamental.

Error #2 – No analizar bien a la otra persona

El segundo error común que veo a la hora de hacer alianzas es dejarnos llevar por las apariencias. Que alguien tenga miles de millones de seguidores no significa que sea una buena opción para unirnos. La cantidad de seguidores no es garantía de nada.

Por eso, una vez que tenés claro para qué querés hacer la alianza, el segundo paso es analizar con quién tiene sentido hacerla.

Muchas veces ésto surge espontáneamente porque conocemos a alguien en un evento y sentimos buena energía inmediatamente o tenemos una colega con la que venimos hablando y de pronto surge una idea de hacer algo juntas casi de casualidad.

Sea que surja espontáneamente o estés planificando intencionalmente una alianza con alguien, es fundamental que analices a esa persona antes de aceptar o proponerle algo.

No importa hace cuanto tiempo la conozcas, no es lo mismo una relación personal que una laboral.

Lo ideal es que revises su comunicación y propuesta para ver si comparten valores, si tiene un estilo que va con el de tu marca y si te gusta la forma como se maneja con su comunidad.

Mi sugerencia además, si es la primera vez que vas a trabajar con esa persona, es que empieces con algo más chico para probar. No empezaría co-creando un producto, si todavía no se conocen trabajando, porque es un tipo de alianza más compleja, que implica un compromiso y riesgo más alto.

Empezaría con algo más simple para ver cómo se llevan, antes de embarcarse en algo más grande.

Error #3 – No dejar las expectativas claras

Definitivamente éste es el error más grande y común que veo. Se hacen alianzas donde no se ponen las expectativas claras sobre la mesa antes de empezar, lo que termina con alguna de las dos (o las dos!) partes frustrada o enojada.

Terminamos sintiendo que pusimos más que la otra persona, que el otro tendría que haber hecho tal o cual cosa que no hizo o que nada salió como nos habíamos imaginado.

Pero antes de tirar la culpa afuera, miremos hacia adentro y veamos si realmente hicimos el trabajo previo de asegurarnos que eso que estábamos esperando quedó claro.

Y con claro, me refiero a clarísimo. No es suficiente imaginarlo o pensarlo. Tenemos que decirlo en voz alta con claridad, para que no haya malentendidos ni confusiones.

¿Qué estoy esperando exactamente de esa alianza? ¿Qué está esperando la otra persona? ¿Estamos en la misma página o tenemos expectativas que no se hablan entre sí? ¿Está claro el rol que tendrá cada una en el intercambio? ¿Me parece justo? ¿Le parece justo a la otra persona?

Es fundamental discutir estas cosas con honestidad antes de empezar. Porque las expectativas claras al inicio evitan frustraciones al final.

Error #4 – No hacer acuerdos por escrito

Un poco en línea con el error anterior, muchas veces veo alianzas “de palabra” donde no hay ningún tipo de acuerdo por escrito, y eso en general también termina en frustración. Porque quizás yo interpreté una cosa y la otra persona algo diferente. En realidad cuando dije tal cosa quise decir tal otra. Y en el ida y vuelta de palabras en el aire, no está claro qué acordamos.

Los acuerdos tienen que estar claros como el agua y por escrito.

“Menciones en redes”, “Difusión”, “Dividimos el trabajo a la mitad”, “Compartimos los costos”… no son acuerdos claros, ¡porque no son acuerdos concretos!

¿Cuántas menciones exactas? ¿Serán en historias o en el feed? ¿En qué fecha se harán? ¿Cómo se va a hablar de mi marca cuando se hagan? ¿Quién va a escribir el texto y poner las fotos?

¿Qué significa difusión? ¿En qué canal? ¿Cuántas veces? ¿Hablando de qué?

¿Cómo vamos a medir que nos dividimos el trabajo a la mitad? ¿Fijamos una cantidad de horas? ¿O escribimos la lista de tareas y la dividimos? ¿Estamos de acuerdo que es justo y equitativo?

¿Qué costos vamos a compartir? ¿Cuánto es el costo total? ¿Cómo lo vamos a dividir? ¿Quién se encarga de qué? ¿Qué valor le vamos a poner a las cosas que no tienen un costo claro?

Todas esas son preguntas que tenemos que bajar a concreto y dejar por escrito.

Porque si las dejamos en la cabeza, cada una puede tener respuestas diferentes, que termina en problemas cuando las cosas no salen como esperamos.

Error #5 – Pretender que todo funcione al primer intento

Hacer alianzas, como cualquier cosa que implique una relación entre dos o más personas, lleva una curva de aprendizaje. Es muy poco probable que la primera vez que hagas una alianza, salga todo perfecto sin diferencias ni problemas. Y si estamos esperando eso, otra vez vamos a terminar frustradas.

Pero, para poder evaluar si algo funciona o no funciona, es fundamental que hayas hecho los pasos anteriores de definir el objetivo de esa alianza y dejar las expectativas claras por escrito.

Si no, no vamos a tener contra qué medir si funcionó o no funcionó.

Quizás, por ejemplo, hacemos una alianza con otra emprendedora para hacer un sorteo juntas, con el objetivo que cada una llegue a una nueva audiencia. Definimos exacto cuántas veces va a publicar cada una el sorteo y qué objetivo de participantes estamos buscando. Pero, cuando termina el sorteo, revisamos los números y nos damos cuenta que no llegamos ni a la mitad de lo que nos propusimos.

Eso no quiere decir que la alianza no funcionó. Lo que quiere decir es que el plan que hicimos para esa ejecución específica no trajo los resultados que estábamos esperando.

Con lo cual, si nos gustó trabajar con esa persona y queremos mantener la alianza, el siguiente paso es analizar qué fue lo que no funcionó y qué podemos hacer diferente la próxima vez. Para ajustar el plan, en lugar de matar la alianza. Porque la mayoría de los planes no funcionan al primer intento.

Los mejores resultados se consiguen con pruebas, ajustes y mucha constancia.

Por eso es fundamental que no te frustres ni te pongas en modo lamento si alguna activación no funciona, sino que te pongas en modo revisión para entender qué parte no funcionó, por qué y cómo se puede mejorar. ¡Porque eso va a ser siempre mil veces más productivo!

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7 comentarios en «5 errores comunes a la hora de hacer alianzas en tu emprendimiento»

    • ¡Hola Silvina! Que buenooo que te gustó el artículo!! Entiendo lo que decís, por eso siempre digo que es importante que la persona que elijas para hacer una alianza, no sólo esté alineada con el tipo de negocio o cliente, sino además (y muy importante!) que estén alineadas ustedes a nivel valores, objetivos y formas de trabajar. Y por supuesto, dejar las reglas claras desde el principio, para evitar confusiones y malos entendidos!! 🙂

      Responder
  1. Hola qué tal esuy excelente sus tíos pues nos abre las puertas para poder alcanzar los acuerdos mutuos entre ambas partes en los conbeños de una futura alianza
    Pues soy técnico apicultor justo me an propuesto administrar colmenas para producción en aliada con ellos y Edna siego porque en verdad nunca lo e echo
    Siempre e manejado dentro de mi propia empresa
    Mil gracias por llegar a ustedes asta Pronto

    Responder

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